miércoles, 27 de febrero de 2013

Desencanto

¿De verdad...?

Desfalleces, te extasia tu propia mente,
tu espalda, tus sueños, tu propio celo,
se desvanecen sin excusas o peros. 

Los fantasmas rodean tu pensamiento
se funden con sucesos irreverentes
de manera insolente, sin miramiento. 

Recorrer las palabras que cayeron
y tejieron con sus delicadas cuerdas
la tela firme que ahora te sujeta
al mundo que tus ojos no quisieron.

El recuerdo de simples alas impropias
cerradas, cansadas antes de su vuelo,
se detienen ahora, demasiado miedo,
el cielo no iba a aprobar jamás esto.



Nadie dijo que sería fácil,
nadie pronunció una maldita palabra amable
y yo, aún menos afable,
no esperé piedad de ninguna parte.






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