sábado, 2 de marzo de 2013

Fantasma

Y me di cuenta que para las cosas importantes de la vida, no hay un manual de instrucciones.


¿Cómo es posible amar a un recuerdo?
Un simple instante perdido en el tiempo
se queda grabado en la mente a fuego
como el más duro de los tormentos.

Amar a un rostro, a un simple cuerpo,
imperfecto y aún así eterno,
como a una sonrisa imborrable.

Su andar, incluso despreciable,
 sus pasos tan insignificantes
y el propio miedo de la piel

Lejos de que nadie llegue a entender,
tan raro, extraño, incoherente,
a pesar de que ha repetido mil veces
que no hay nadie más a quien pueda querer.



¿Quién podía permitir semejante atrevimiento?
¿Quién iba a descararse de aquella forma?
Si por más que su alma desee o quiera
su vida está sujeta a lo que el destino provea...

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