sábado, 15 de junio de 2013

Aquello que no hemos vivido.

"Somos aquello que hemos vivido... Pero también todo lo que no hemos vivido."


             Un sueño, una simple chispa salta de tu mente, y todo parece detenerse, esperando el momento exacto en que tu ansiedad esté en su punto álgido para reanudar el tiempo. Parpadeas y jadeas casi a la par, y tus sentidos te muestran más que nunca que no hay nada que te sepa peor que ese gusto entre lo agrio y dulce. "Agridulce", así es como lo defines.
            Dejas que las cuerdas se deslicen poco a poco, dejen de apretar lentamente. "Un simple hecho puede cambiarlo todo". Te preguntas entre cada respiración si realmente hubiese merecido la pena. Y la misma respuesta se repite, aunque no quieras escucharla. Alzas tus manos y te planteas incluso la posibilidad de la plegaria. Pero te detienes entre lágrimas "No merecería la pena".
           No es un exilio, ni siquiera una partida, pues no perteneces a su mundo. No es un adiós, ni una despedida, pues nunca fuiste nada más que una cifra. No es un silencio, ni una oportunidad perdida, pues tan sólo fuiste un borrón de tiza.
       Y aprendí, después de todo, que no hay nada para siempre.


 Nunca hubieron frases, u oraciones que sirvieran,
solo una promesa que hoy se vuelve real, casi eterna
"Desharé el mundo en mil pedazos una última vez"




    

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