miércoles, 19 de junio de 2013

Historias y pinturas

Y ya no recuerdo ni qué día es hoy...





Cada parte, cada susurro equivocado,
cada anhelo que abrió la herida
y los pequeños rastros de ceniza
estallaron con el deseo jamás formulado.

Sin tramos, sin más pedazos,
todo parece acabar entre sus piernas
y disolverse por aquella irreal promesa
que conjuró un sueño que quedó marcado.

No hubo cuadros por los que los dedos
deslizaban sus yemas "anhelantes"
de fantasmas e ilusiones fugaces.

Sin respirar y sin poder cortar el aire
exhalas cada uno de los recuerdos
que se deshacen casi al mismo instante.



No queda nada, no queda nada,
no puedo creerlo, no queda nada.
Por dios, ¿No me escuchas?
¡No queda nada!

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