domingo, 13 de abril de 2014

Testigo prescindible.

Somos prescindibles...


Hay verdades, asombrosas,
con la vista borrosa
y el aliento entrecortado

Con los dientes rechinando 
y la sonrisa entre gotas
de un susurro intacto.

¿ Y que es lo que se siente en el pecho?
Un contacto extraño, una caricia estrecha,
algo que te aprieta y no te deja
como un adicto a su droga de enfermo:
 
 El sentimiento y la emoción empastada
que no son más que palabras
no son nada, nada de nada
¡HE DICHO QUE NO SON NADA!

  Y da igual que se llore o se muera,
da igual que se grite o se muera,
nada cambia, aunque se muera,
NADA cambiará aunque se muera.


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