lunes, 21 de noviembre de 2011

Quizás preparabas mi epitafio...

Me llaman e interpreto el eterno ángel caído, postrado a los pies de un arcángel de suma belleza y de extrema crueldad, pero creo que me empieza a cansar...


La dulzura en los labios
corriendo por pasillos,
no, son pasos acelerados
vuelvo a empezar.


Me aparto del culto 
del sabor de tu saliva,
me refugio y me oculto
de los ojos que siempre me miran.

No saber a dónde llegaré
sin preocuparme por el cansancio de mis pies,
soñando con destinos que me aguardan 
en alguna lejana y nueva piel.

Como un susurro que ya no escucha nadie
que se marcó en los barrotes de mi prisión
dejando entrar de una vez el aire
y marcando el momento de decirte adiós.

Nunca más me enamoraré
hay que ver como miento...

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